Para quienes tienen una terraza o un jardín grande y quieren proteger esta zona de climas con alta temperatura, lo más recomendable es ubicar una pérgola. Esto resguarda nuestros espacios exteriores del calor, creando un espacio cómodo y acogedor sin tener que levantar una gran obra.
Si tienes un espacio amplio en la parte frontal o posterior de tu casa y has decidido hacerlo más habitable y agradable con la instalación de una pérgola, es necesario que sepas cómo mantenerla, porque es una pieza clave en tu patio o jardín, y hacer que siempre esté en buen estado es sin duda una apuesta ganadora.
El primer detalle importante está a la hora de elegirla. Las pérgolas se construyen en distintos materiales. Seguramente las has visto de aluminio, hierro, cemento y variantes de bambú, pero si te has decidido por un estilo elegante de madera, a continuación te diremos qué debes hacer para cuidarla y que esta pieza siempre se vea bien a la hora de protegerte del sol extremo y sea un refugio agradable para tu familia.
¿Cuáles son las maderas más duraderas para una pérgola?
Esta respuesta puede variar dependiendo de tus necesidades, la forma en que quieras adaptar la pérgola a las circunstancias de tu jardín o patio y por supuesto, tus gustos y presupuesto.
Antes de entrar en detalle con los tipos de madera, vamos a explorar algunas de los posibles escenarios en los que se puede encontrar esta pieza en tu hogar.
Primero, las pérgolas de madera fija siempre son recomendables para patios de gran tamaño y jardines traseros. Cuando se instalan en terrazas o azoteas, es recomendable para estos últimos optar por una pérgola móvil o fácil de desmontar, pero si ya cuentas con una en este tipo de espacios, debes saber que estas llevan un cuidado mucho mayor al tener una exposición diferente.
Debes ver tu pérgola de madera como una habitación más dentro de tu casa. Estás haciendo que tu hogar sea más grande con esta instalación, porque su finalidad es separar ambientes. Puede verse como un área de descanso o un lugar para reunirte con invitados, de hecho, hay hasta quienes las usan como su propio garaje. Esta perspectiva te servirá para entender lo importante que es alargar su tiempo de vida.
Además, independientemente del tamaño o forma que tenga tu pérgola, el uso que le estés dando, si tienes un modelo para complacer algún gusto exigente o decoraciones adicionales, siempre debes verla como una pieza imprescindible a la hora de hacer de tu hogar un lugar donde todos se sientan bienvenidos. Esto debe llevarte a hacer un esfuerzo por que tu pérgola sea lo más duradera posible.
Tipos de madera para pérgolas
Aquí nos encontramos con varias opciones, porque hay diferentes niveles de resistencia, textura y aspecto, así que procederemos a dividirlas en sus principales atributos:
– Resistencia: existen las más duras como el roble, caoba o cedro que ofrecen estructuras muy sólidas, que por supuesto, pueden mantenerse mucho más tiempo en buen estado. Las maderas blandas que son moldeables pueden tener diseños más atractivos, pero son susceptibles a los climas fuertes.
– Durabilidad natural: en este caso particular se dividen en cuatro tipos: desde la “Clase 1” que es la más duradera, bajando hasta la “Clase 4”. Si tu pérgola de madera tiene contacto con el suelo y es de Clase 1 o 2, resistirá más tiempo.
– Edad: hay maderas que mientras pasa el tiempo, van acumulando humedad, lo que hacen que se deformen y pierdan su consistencia original. Las maderas que son naturalmente secas, sin importar si son viejas, son ideales para este tipo de construcciones.
– Sensibilidad a los químicos: ya te hemos planteado diferentes lugares en los que pueden estar instalados las pérgolas de madera. En algunos de estos podrías necesitar de la aplicación de tratamientos químicos para protegerlos del clima, plagas, altos niveles de humedad y hasta posibles incendios.
Para saber qué productos deberías contemplar para tu pérgola de madera, debes observar los siguientes signos:
- Si es una construcción muy expuesta a la intemperie, debes considerar la presencia de posible debilidad, termitas y perforadores
- Si tiene tablas para pisos, hay que protegerlas ante termitas y barrenadores
- Las maderas que tienen contacto directo con el suelo hay que protegerlas contra algunos insectos
- Si vives en una zona costera cerca del mar, la madera puede ser afectada por la “caries marina”
- Si tu pérgola está asociada a marcos o puertas, también hay que protegerlas ante termitas y barrenadores
- Si está en contacto directo con tierra que puede humedecerse mucho, cuídate del decaimiento, perforadores y termitas.
Como puedes darte cuenta, la forma en que está diseñada la estructura define las condiciones en las que pueden atacar los diferentes agentes como hongos, insectos, entre otros.
Dependiendo de la madera que estés usando para tu pérgola, ya conoces estos detalles básicos para el mantenimiento necesario y que puedas disfrutarla por muchos años más. En cuanto al tiempo de aplicación de estos tratamientos químicos, lo más común es hacerlo anualmente. Podrás encontrar productos y hasta servicios de impermeabilización para estas piezas.
La madera puede durar cuanto tiempo quiera si está en las condiciones correctas y se le hace el tratamiento adecuado. Si te fijas, en todo el mundo existen piezas de madera recuperadas que tienen siglos de antigüedad y aún están como nuevas.
Técnicas de mantenimiento para pérgolas de madera
La clave principal es la limpieza. Debes siempre trabajar la superficie, eliminar el polvo y cuidar cualquier detalle adicional que pueda acumular suciedad. Recuerda que la madera es un material vivo, así que un mantenimiento de baja frecuencia puede hacer que su tono cambie, se manche o se oscurezca. Estos procesos son completamente naturales y por eso debemos resguardarla ante los diferentes elementos del clima, como la lluvia, sol y aire antes de que la madera se vea seriamente afectada.
Se le puede hacer mantenimiento anualmente, como también otros optan por hacerle un trabajo a fondo entre cada 2 a 4 años. Esto siempre dependerá de la ubicación de la pérgola y su exposición al sol. Lo importante es que esto se haga mientras haya un tiempo sin humedad y que la madera esté seca. Si esto significa que se deben esperar algunos días, es recomendable hacerlo.
Además es importante apretar todos los tornillos y grapas que estén sueltos. Especialmente si vas a optar por hacer un lijado superficial para deshacerte de algunos detalles.
También puedes hacer un lijado a fondo, usando una lijadora de banda. Esto sirve para restaurar la madera en caso de que esté muy deteriorada en la superficie y puedes hacer que vuelva a su estado original. Si la superficie es pequeña, puedes usar lijado manual para que los resultados sean más precisos.
A la hora de adquirir productos asegúrate de que sean adaptables a tu tipo de madera y mantengan su color natural. Para esto es recomendable buscar aceites derivados de los propios árboles naturales que corresponden al material, porque estos pueden tapar poros, evitan el envejecimiento y la llegada de insectos. Generalmente se aplican fácilmente con un rodillo o una brocha. Estos aceites sí se pueden aplicar aproximadamente cada 6 meses.
Muchos de estos aceites son incoloros o “color miel”, porque su función es plenamente alimentar la madera de sus componentes y protegerla sin tener que alterar su color original. Hasta los mejores protectores con productos químicos fuertes podrían hacer que la madera pierda propiedades, dejándola susceptible a cambios ambientales y alteraciones a causa del clima, retrasando nuestro objetivo de hacer una pérgola más duradera.
Si quieres aplicar pintura para recuperar algún color, puedes hacerlo a pistola al igual que muchos dueños de pérgolas, pero usar una brocha permite que tenga una penetración más fluida dentro de la madera. Mientras más expuesta al sol esté la pérgola, más se recomiendan los tonos oscuros, porque estos ponen mayor resistencia.
También existen “regeneradores” para la madera. Estos sirven para devolver el color original a la pérgola si lo ha perdido a causa de la exposición al sol. También puedes aplicárselo a una madera que aún esté nueva, pero tengas pensado pintar o barnizar. La idea es aclarar y limpiar las maderas que han cambiado su tono debido al desgaste.
Por último, si quieres pintar tu pérgola y quieres que dure, hay productos semi-opacos, fáciles de aplicar y que ofrecen mejor protección. Evita las pinturas con agua o disolventes.