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Muebles de jardín

Toldos para terrazas, ¿qué estructura es la más adecuada para cada situación?

Instalar toldos en ventanas, balcones y terrazas permite proteger la vivienda o el local del sol, el calor y el exceso de claridad en determinadas épocas del año. Pero estas instalaciones no solo son válidas para el verano y el buen tiempo, ya que determinados toldos pueden servir como espacio cerrado en terrazas durante el invierno.

Los toldos y cerramientos son muy variados en la actualidad, y los encontramos tanto fijos como móviles. Conviene dar un repaso a lo que el mercado ofrece para saber qué se puede escoger, siempre relacionando cada opción con las necesidades que presente la vivienda y quienes la habitan.

Toldo de capota

Los toldos de capota son los más utilizados para incorporar en ventanas pequeñas. Los hay de forma semicurvada y cuadrada, y a su vez, ambos tipos pueden ser fijos o móviles. Los fijos son los que mantienen siempre la misma posición, es decir, están siempre ofreciendo sombra y protección a la ventana. Los móviles, en cambio, tienen la posibilidad de recogerse, puesto que se componen de varios aros.

En el caso de los toldos de capota fijos, por su imposibilidad de recogerse, es necesario que su material sea resistente a las inclemencias meteorológicas, tanto a la lluvia y al viento y los rayos solares, que pueden hacer perder intensidad a los colores del toldo.

Toldo de brazos articulados

Esta modalidad de capotas incluye a los toldos enrollables con brazos extensibles que alcanzan una inclinación de 90 grados y consiguen una gran precisión y estabilidad. Cuando el toldo se va recogiendo, los brazos se pliegan y la tela se enrolla. De este modo, el toldo queda recogido y se ahorra espacio en la fachada.

Los toldos de brazos articulados son parecidos a los toldos de balcón, que están conformados por brazos abatibles fijados a la barandilla o dejados en caída. Con este sistema, el toldo puede estar en dos posiciones: proyectada o vertical. La visión proyectada facilita la entrada de aire y evita el sobrecalentamiento mientras que la vertical ofrece mayor protección y resistencia contra la lluvia y el viento, además de un mejor cerramiento.

Toldos dobles

Una variante de toldos que responde a la misma dinámica que los toldos de brazos articulados son los toldos dobles, que resultan una elección ideal para zonas en las que se no se requiere estructura o palillería.

Otra opción es que el cliente no desee fijar la estructura del toldo a la pared de su vivienda o que alguna ordenanza municipal lo prohíba. En esos casos, un toldo doble va a adaptarse al espacio disponible y a los elementos presentes en el entorno (zonas ajardinadas o mobiliario).

Este tipo de toldos puede estar anclado al suelo o bien situarse sobre jardineras con ruedas de modo que sea móvil y tenga así más posibilidad de movimiento.

Toldos telón

Comentábamos al principio que los toldos no solo sirven para ofrecer más sombra en porches, terrazas y jardines. Este tipo de estructuras es utilizada cada vez más tanto en el ámbito doméstico como en el comercial para ganar espacio de habitabilidad.

Nos encontramos así, por ejemplo, con los toldos telón. En la web http://www.toldosysombra.com/toldo-telon-alicante/ vemos con más detalle como funcionan estas estructuras.

La idea es delimitar espacios mediante la instalación de lonas verticales para incrementar la privacidad al tiempo que se protege la estructura al interior del toldo de las inclemencias meteorológicas. Los toldos telón incorporan sistemas de cortavientos para facilitar la circulación de aire y evitar que las lonas se expandan o se abran.

En innumerables terrazas de bares, cafeterías, restaurantes y heladerías es habitual encontrarse este tipo de estructuras, y resultan válidas tanto en verano como en invierno, pues en su interior se pueden colocar estufas de gas para generar un ambiente de calidez y confort suficiente.

¿Qué ventajas ofrece incorporar estas estructuras y dónde colocarlas?

Los aspectos positivos de instalar toldos y cerramientos en ventanas se desprenden del análisis que de su tipo. Con estas estructuras se disfruta más de la terraza o el jardín al resguardo del sol, y el interior de la vivienda permanece más fresco en verano y más cálido y confortable en invierno.

Una segunda ventaja de los toldos y capotas es que conllevan un importante ahorro de energía, pues la fachada o la pared en la que se colocan no soportan temperaturas tan altas, reduciendo así el gasto en climatización.

Los toldos pueden ser de diferentes colores, materiales y medidas, para adaptarse a todo tipo de espacios. Del mismo modo, si incorporamos a estas estructuras los cerramientos de cristal, lo que conseguimos es ganar en metros de habitabilidad.

Los tipos de tela más habituales para los toldos son el poliéster, los tejidos acrílicos o las telas microperforadas. El poliéster es la tela más económica y la que ofrece menores prestaciones y durabilidad. Las telas microperforadas son las más idóneas para zonas con muchas horas de sol por su alta capacidad para filtrar los rayos UV. A medio camino entre el poliéster y las telas microperforadas aparecen los tejidos acrílicos.

Con todo, elegir el tipo de toldo y el material ideal es cuestión de calibrar las posibilidades no solo del producto, sino del espacio en el que iría instalado y la función que se está buscando.